viernes, 29 de agosto de 2008


Marcos valorativos, herramientas de análisis y conciencia de clase. Notas a partir de las anécdotas de los encuentros.



No quiero marear pero siento que en la clase de hoy avanzamos un montón y quiero compartir algunas de las cosas que he pensado de la clase de hoy con ustedes. En primer lugar me quedan cosas colgadas sobre las herramientas de lectura de la realidad con las que un adolecente de 18 o  19 años cuenta a la salida del liceo. Básicamente, sobre las herramientas de análisis que puede  brindar un transito decididamente político y que tal vez de otro modo, por el lado técnico lleve un tiempo mucho mas largo obtener (con suerte).

Pienso en mis prácticas y en las prácticas suyas que no trabajamos aun. Pienso en los emplazamientos discursivos desde los que hablamos: locales, fragmentarios, móviles, implicados.

“El oprimido se deja oprimir” se dijo hoy. Entiendo claramente por donde viene la línea de pensamiento de Vicente, y agradezco el riesgo de compartirla. Asumo el desafío de acompañar  desde mis capacidades de enunciación (también locales, fragmentarias, móviles y complejamente implicadas) en la construcción de mediaciones que traduzcan esa intuición de Vicente en un enunciado mas firmemente construido desde lo teórico al menos.

Pienso en la transferencia de marcos valorativos que hacemos los docentes de primero en general y de historia en particular hacia los estudiantes. Los modelos morales y éticos de valoración que ponemos a disposición y el impacto y alcance de estos. Pienso en la subversión de otros marcos valorativos con los que se llega a la facultad, mas ligados al sentido común, y que inevitablemente van a ser modificados. Pienso en las crisis epistemológicas que se sufren en primero. El ingreso a muchos y diferentes paradigmas que tal vez no procesamos sino hasta mas 
avanzado el proceso, y muchas veces quedan en el terreno difuso de lo no consiente, de lo no objetivado por el pensamiento.

Lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto. Sentidos casi primitivos de orientación de la vida humana en sociedad. Datos inscriptos casi en la memoria ROM, en nuestros fierros, en nuestros cuerpos.

El modelo de los tres niveles, del sentido común y los marcos valorativos (o axiológicos) a los marcos conceptuales y de allí a los marcos epistémicos, el salto del piadoso al técnico o profesional y de allí al intelectual es algo que no inventamos pero que si elucidamos colectivamente. Es un primer aparato que creamos –robamos para nuestra caja de herramientas, y es de orden señalarlo y agradecerlo.

Después de la clase se me vino recursivamente una anécdota que quería compartirles para que podamos pensar sobre ella en la línea de estos tres marcos que queremos cartografiar respecto de las practicas de las psicólogas y los psicólogos que trabajan 'con / en esa categoría aun excesivamente empírica y que denotamos como pobreza' (es larga denominación pero transitoriamente es la que usaré ya que al menos es específica).

El jueves pasado luego del seminario, rumbo a 18 de julio por Tristán narvaja pasé por la puerta
de mi 'segunda oficina' actual (la tortuguita) y viendo que estaban mis amigos Agustín y Damián
decidí entrar para probar de una vez con ellos la nueva Pilsen Ambar.

En la puesta a punto de en que andábamos llegamos en algún punto al tema parejas y al yo
Marcos valorativos, herramientas de análisis y conciencia de clase. Notas a partir de las anécdotas de los encuentros.

En la puesta a punto de en que andábamos llegamos en algún punto al tema parejas y al yo actualizar la información de ese ítem respondí con un tímido y esperanzado 'Saliendo'. Ese dato exigió mayores datos hasta la parte de “Y a que se dedica?”, momento en el comenté “Publicista” y comenté las cosas específicas que el susodicho realiza. Respuesta de la barra “No ves, vos te los buscas siempre conchetos”. Cual fiera atacada intente 'defender' a mi incipiente peoresnada y la cosa se fue complejizando.

En algún momento del debate mi amigo Damián me pregunta cuanto ganaba el cuarto omitido y en discordia, sujeto que hasta ahora solo conocían al menos ellos por nombre, edad, profesión y ahora queriendo conocerlo por su poder adquisitivo.

En lo personal tengo que decir que tanto mi amigo Agustín como a mi amigo Damián son locos que quiero mucho y que respeto mucho también sus practicas y sus pensamiento. Son tipos muy
comprometidos con transformar la realidad hacia una mayor igualdad, con un sudor y lectura.

En algún momento Damián, posterior a la pregunta de cuanto gana establece una especie de razonamiento: cuanto más dinero ganas mas 'pro-capitalismo' sos, es decir que el salario es un indicador de lo mas o menos revolucionario que podes ser. En ese momento seba se transformaba en un oligarca por lo que ganaba y no por lo que hacía, y nosotros, protegidos por los salarios y formas de vida que tenemos estaríamos escudados parecería ser en la liga de la justicia, deviniendo una especie de robin hood de las sociedades tecnificadas.

Algo del sentido común hacia más o menos 'coherente' o al menos simpático el razonamiento de Damián. El insistía en los gastos ornamentales, el la capacidad de compra de cosas que no se necesitan en la 'vida real' como calzoncillos dolce y gabanna de 1200 pesos o tv plasmas y tonterías así. El tope fue puesto cuando dijo que una laptop era un bien suntuario, a lo cual por suerte esta vez con Agustin de apoyo, insistimos que tal vez era una herramienta para algunos trabajadores, como lo puede ser un libro o una amoladora.

Tuvimos que ingresar en el análisis teórico de las categorías de 'trabajo asalariado' y 'plusvalía'para poder rescatar el nombre del pobre Seba de estar sentado a la diestra de personajes despiadadamente frívolos como Moria Cassan para reubicarlo en un espacio al menos más amable para nosotros de los proletarios del mundo. Tuvimos que exponerle a Damián lo que 
Damián sabe capaz que antes que nosotros, que Sebas le vende su fuerza de trabajo a un Capitalista para producir una mercancía (particular) que el produce pero que no le va a pertenecer y que va a adquirir como bien de cambio, circulando por el mercado un valor mas alto que el de la materia transformada que la compone mas la fuerza de trabajo que contiene y que le 
dio forma. Y que además esa diferencia va a ir al bolsillo de un tercero que no fue quien transformó la materia con trabajo.

Traigo todo esto porque me parece que suele estar en la base de muchas practicas y modalidades
de la practica y de los discursos que generamos los psicólogos, y mas aquellos que trabajamos 'con / en esa categoría aun excesivamente empírica y que denotamos como pobreza’.

Yo entiendo claramente por donde viene lo que Damián quiere decir. Entiendo que Sebas en la agencia de publicidad no 'se embarra las patas', 'no chupa frío’, no lidia con los malestares mas primitivos productos de la indigencia, no mira cara a cara al sufrimiento humano producto de una  'distribución económica injusta', como lo hace Damián. Se que Seba puede vivir un invierno de remerita porque pasa de un aire acondicionado a otro, pero como intelectuales y/o técnicos de lo social, con herramientas finísimas de análisis, no podemos decir que Sebastian es el oligarca opresor.

Como recomponemos a un publicista en su real dimensión de trabajador asalariado, léase proletario?. Como hacemos para establecer alianzas con ese sector de trabajadores a fin de favorecer procesos de adquisición de conciencia de clase? Como podemos generar procesos a fin de que el tipo pueda asumirse y sentirse participe de la clase obrera? de que el tipo pueda asumirse y sentirse participe de la clase obrera?

La ultima. En la clase de hoy, me resultó interesante un comentario que se hacían sobre el hecho de que los psicólogos trabajan con el proletariado. Mi pregunta es: los psicólogos no somos también parte del proletariado? Y en segundo lugar, que nos ha pasado en la historia de la psicología en el Uruguay cuando mayoritariamente los psicólogos tenemos modos de contratación laboral asalariada (que por ende vendemos nuestra fuerza de trabajo que es analizar e intervenir sobre 'la realidad psicosocial') los procesos de identificación con la clase obrera son tan débiles?.

Que conciencia de clase hemos podido desarrollar individual y colectivamente a lolargo de nuestras historias?

Este es un tema que me apasiona, un conjunto de preguntas que casi me obsesionan. En lo personal, este proceso de adquisición de conciencia de clase no ha sido ni rápido ni demasiado acompañado, al menos institucionalmente. Comenzó fuera de la facultad, cuando por primeras veces empecé a verme como asalariado, y con geniales discusiones con mis compañeras del Programa de Prevención de Violencia del Codicen Liberman, Cardoso, Uriarte y Monza. En algunos ratos en el equipo de Historia, de mucho mas rigor académico pero mucha menos regularidad también, y mas recientemente con la Maestría, la cual me ha venido aportando toda una serie de lecturas que tienen incorporadas los Trabajadores Sociales colectivamente y en su formación de grado, y que añoro algún día se puedan dar en nuestra facultad con ese rigor académico y respeto por las preguntas.

Insisto, además de marcos valorativos difusos y altamente morales, que herramientas de análisis damos en la docencia los docentes de esta facultad para pensar estas preguntas?. Son estas preguntas que uno se hace en los patios de facultad, en los talleres, en la cantina y en el CEUP aunque mas no sea expresadas rústicamente y a modo de intuiciones relámpago? Sobre esta ultima, yo creo que si, sobre la primera creo que poco.

La dejo por ahí y gracias por promoverme tanto magma de ideas. Como siempre se escuchan y se
esperan comentarios.

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